Nacionales, Reportes

Ofrecieron salud y vida para conmemorar el primer aniversario del asesinato de David Vallenilla

Ha transcurrido un año desde la muerte del joven enfermero de 22 años de edad durante las protestas de 2017  y aunque el dolor forma parte de la vida de su padre, la aflicción  no le impide ayudar a quienes lo necesitan

Reporte Proiuris | @Proiuris_VE  | IG: @Proiuris | Facebook: @ProiurisVE
Arturo Guillén

Varias personas se sentaban en los bancos de concreto de la Plaza del Indio, en Chacao. Era 22 de junio a las 12:30 del mediodía. No es una fecha cualquiera, es una que simboliza la mayor de las violaciones a los derechos humanos: el irrespeto a la vida.  Un derecho que se le fue vulnerado durante las manifestaciones de 2017 a David Vallenilla, de 22 años de edad, enfermero y un joven “comprometido con la vida y la libertad”, recordó su papá.

Vallenilla padre observaba como instalaban los toldos para realizar la jornada de salud en conmemoración del primer año del asesinato de su hijo, por el cual está acusado el sargento primero de la aviación, Arli Cleiwi Méndez Terán. Los registros audiovisuales del hecho parecen incontrovertibles: Méndez Terán disparó contra el joven que protestaba en los alrededores de la base aérea de La Carlota.

La jornada de salud tenía como objetivo atender gratuitamente a las personas que desearan despistaje de la hipertensión arterial, de diabetes y recibir recomendaciones nutricionales por parte de voluntarios de la Escuela de Nutrición de la Universidad Central de Venezuela (UCV). También participaron alumnos de la Escuela de Enfermería del Centro Médico bajo las órdenes de Jean Carlos Hernández, cirujano y tío del joven asesinado.

De la pérdida hasta el hallazgo de un objetivo

El reloj marcaba la 1:30 pm. Vallenilla vestía con una camisa dedicada a su hijo. En ella estaban estampadas varias fotografías del joven. En el toldo en el que tomaban la tensión arterial y hacían el despistaje de la diabetes, cuatro hojas de papel fueron colgadas a la vista de todos. En ellas se leía: “Un día como hoy a él le quitaron la vida y nosotros haremos lo que él haría: dar vida”. Y al fondo del puesto, en una pancarta adherida a uno de los andamiajes, se mostraba el nombre de David Vallenilla.

“La idea se me vino a la mente porque esta era la pasión de mi hijo: salvar vidas. Incluso antes de que se graduara de bachiller, trabajaba como voluntario en un ambulatorio en Charallave. ¿Qué mejor manera de conmemorarlo que con esta jornada gratuita de salud?”, manifestó cuando en sus brazos cargaba a su sobrina, una niña con ojos bien abiertos.

El evento también fue apoyado por la ONG Justicia, Encuentro y Perdón, con la que Vallenilla colabora dos días a la semana. “Ha habido muchas personas que se han identificado conmigo y me han contactado para que los oriente”. Paró por un momento con el fin de atender una llamada y prosiguió: “A pesar de la pérdida de mi único hijo, encontré un objetivo y ese es ayudar a los demás”, aseguró.

Transcurrieron las horas y varias personas ya habían sido atendidas. Los voluntarios se acercaban a los transeúntes y los invitaban a chequearse con ellos. Comenzaba a llover, pero la actividad continuaba sin mayores problemas.

Vallenilla parecía ver en cada uno de los alumnos de enfermería el reflejo de su hijo. Era 22 de junio de 2017 cuando se lo arrebataron y ahora era 22 de junio de 2018 cuando él lo conmemoraba con lo que más le apasionaba. Solo restaba esperar la misa en su honor a las 5:00 pm y que “Dios le de la paz absoluta”, pidió.

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.