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Migrantes venezolanos corren riesgo de explotación laboral y reclutamiento de las guerrillas en Colombia

La organización Wola advierte que las políticas migratorias adoptadas por el gobierno colombiano en febrero de este año han dificultado a los venezolanos regularizar su permanencia en el país al cual se dirigen la mayoría de los que huyen de la crisis humanitaria compleja

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Arturo Guillén

Los migrantes venezolanos en Colombia corren riesgos de  explotación laboral y  reclutamiento de grupos guerrilleros como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), según indica un informe de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), sobre la migración forzada a causa de la emergencia humanitaria compleja en Venezuela.

En el texto se afirma que, en febrero de 2018, el presidente Juan Manuel Santos anunció restricciones migratorias así como la creación del Grupo Especial Migratorio (GEM) para “reforzar aún más el control y la seguridad en la frontera”. En el informe se explica que tal normativa ha dificultado a los migrantes venezolanos obtener un estatus migratorio legal y los expone a trabajar en sectores informales, lo que abre las posibilidades de que sean explotados laboralmente.

“La frontera entre ambos países es una zona de convergencia para guerrillas, paramilitares y traficantes de droga. El hecho de que venezolanos se trasladen por esas áreas donde hay mayor afluencia de estos grupos irregulares, es una preocupación bastante significativa”, exponen. Aseguran que ese contexto hace más vulnerable a los migrantes venezolanos no solo a la violencia y el daño que esta ocasiona, sino también al reclutamiento de jóvenes del país por parte de esos grupos ilegales.

“El tráfico de mujeres y niños por esas guerrilleras y paramilitares es un motivo de preocupación”, sostienen.

“Colombia no garantiza la ciudadanía a los niños nacidos en territorio colombianos de migrantes que no sean colombianas. Como resultado, el pequeño, hijo de venezolanos, corre riesgo de ser apátrida”, apunta Wola.  Además,  el sistema educativo en Colombia, particularmente en el departamento del Norte de Santander y Arauca,  ha tenido mayor afluencia de niños venezolanos. Sin embargo, el gobierno local no dispone de los recursos necesarios para brindarles los mismos beneficios que gozan los colombianos como el programa de la lonchera escolar. “Esto desmotiva a los migrantes a enviar a sus hijos a la escuela”, puntualiza el reporte.

En 2017 la Organización Internacional de la Migraciones (OIM) informó que del total de venezolanos en Colombia (870.093), 40% que han cruzado la frontera son colombo-venezolanos, 30% colombianos que residían en Venezuela y 30% de venezolanos de nacimiento. No obstante, Walo puntualiza que en una encuesta de este año refleja que 65% de los migrantes son venezolanos, 27% colombianos y 7% colombo-venezolanos.

Brasil: entre la xenofobia y la militarización

Al país amazónico no llegan tantos venezolanos como a Colombia. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) contabilizó 52.000 migrantes venezolanos en Brasil desde 2017. Walo indica que aunque el gobierno de Michel Temer ha hecho esfuerzos para recibir de la mejor manera posible a los migrantes, sobre todo a los indígenas waraos que vienen desde Delta Amacuro, ha habido casos de xenofobia. Además la organización se opone al control militar de la ayuda humanitaria.

La militarización ocurrió, sostiene Wola, porque los recursos destinados (50.000.000 de dólares) para lidiar con la emergencia que representaba para el estado de Roraima (uno de los más pobres de la nación) la llegada de miles de venezolanos, fueron dados al Ministerio de Defensa de Brasil, encabezado por Raul Jungmann. “Como resultado, las fuerzas armadas brasileñas desempeñan un rol fundamental en la respuesta humanitaria del gobierno. Esto incluye la administración de los refugios y la coordinación del auxilio”, se lee en el reporte.

El control castrense ha causado, de acuerdo con Wola, que algunos militares discriminaran a líderes de comunidades de waraos en diversos refugios ubicados en Pacaraima y Boa Vista. “Las autoridades brasileñas han recibido reportes de conflictos en esos refugios donde hacen vida comunidades indígenas”, aseveran.

Entre las recomendaciones de Wola para afrontar la migración forzada de venezolanos destacan:

  • La comunidad internacional, especialmente esos países que se ven afectados directamente por la migración venezolana debido a la emergencia humanitaria compleja, debe reafirmar su compromiso a los principios establecidos en la Declaración de Cartagena sobre Refugiados y la Declaración y Plan de Acción de Brasil.
  • Los Estados Unidos y la comunidad internacional deberían asegurar que la sociedad civil y organizaciones internacionales respondan, en conjunto, a la emergencia migratoria para que los migrantes venezolanos reciban el apoyo necesario para garantizarles los derechos humanos a los refugiados y venezolanos que huyan de su país.

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