La falta de insumos para realizar autopsias y las fallas en la refrigeración de los cuerpos sin vida obstaculiza el trabajo de los profesionales forenses. La habilitación de dependencias en los hospitales Periférico de Coche, El Llanito y Pérez de León no han permitido resolver los problemas
Reporte Especial Proiuris
Erick S. González Caldea
Solo hay un refrigerador con dos compartimientos, donde se amontonan los cadáveres de cuatro bebés que fueron abandonados. Es la morgue del hospital Dr. José Gregorio Hernández, en Los Magallanes de Catia, donde lo más visible es la desidia.
“Funciona mal, sin embargo esto no se compara a lo que pasa en la morgue de Bello Monte. Allá todo es una carnicería. Aquí apenas llegan entre 6 y 8 cadáveres a la semana. Sin embargo, cuando hay enfrentamientos llegan más, hasta 15 en un solo día”, afirmó un trabajador del hospital. Un tapa boca y un par de guantes de látex es lo único que tiene para protegerse de enfermedades dermatológicas e infecciones por la manipulación de cadáveres.
Las paredes están cubiertas con cerámicas mugrientas que alguna vez fueron blancas. No hay productos para limpiar y, a veces, ni siquiera hay agua en todo el hospital.
“En los dos años que tengo en Los Magallanes no ha llegado ningún médico patólogo”, señaló el trabajador. El hospital tiene diez años sin patólogos, refirió otra fuente.
Semanalmente, tienen que llenar los tobos con agua para mantener el baño en mejores condiciones | Foto: Erick González
La falta de mantenimiento y los pocos recursos que llegan al hospital se denota en el abandono de los sanitarios | Foto: Erick González
La sala en donde se deberían preparar a los cadáveres y realizar las evaluaciones post morten tiene la misma cantidad de tiempo sin funcionar. Solo hay una camilla metálica que está cubierta de polvo. El piso está regado de escombros y la falta de iluminación hace más sombrío el lugar.
“Aquí hay muchas fallas estructurares, esta morgue no está apta para el trabajo. Las cavas funcionan una semana si y otra no. Hay cadáveres que tienen allí hasta cuatro meses, sin hablar de las partes cortadas”, explicó la fuente.
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Cuando la nevera se abre de par en par, el nauseabundo olor golpea fuertemente a las únicas dos personas con vida en la sala. La primera imagen son las bolsas de placenta que se acumulan a diario en el hospital. Un plástico rojo, usado para diferenciar los tipos de material que hay dentro, da la impresión de ser un gran cúmulo de sangre y carne.
El mantenimiento de la cava en el hospital Los Magallanes es intermitente, cada semana presenta una avería nueva |Foto: Erick González
En la bandeja superior está una amoratada bebé. Envuelta entre sábanas desechables, estaba allí desde hacía dos semanas. “Nunca fue reclamada”, dijo con pesar el empleado. La situación es similar a la de los otros tres infantes fallecidos, distribuidos en los demás compartimientos. Algunos, con más de tres meses en el congelador. Los saca, uno por uno para evidenciar el estado en que se encuentran. Ninguno de los infantes tiene un nombre que los identifique.
Al lado de las cavas hay un cuarto oscuro que está repleto de cajas. Allí se instalarían cavas nuevas para aumentar la capacidad del servicio. “Nunca se terminó de construir, ahí quedo. Ni el espacio se puede usar, solo para esto un vertedero de escombros”, sostuvo el trabajador.
El recorrido concluye en la parte trasera del hospital, por donde las furgonetas traen o llevan los cadáveres. Pocos metros más allá el bullicio de Los Magallanes de Catia sepulta la desidia.
Autopsia a las morgues
Cada hospital de Caracas tiene una morgue a su disposición. Cuando una persona muere, un equipo de médicos patólogos debe realizar una autopsia clínica para determinar la causa de la muerte.
La fuente detalla que la escasez en los insumos para realizar las necropsias es un problema al que los directores de los hospitales y autoridades gubernamentales no le prestan atención.
“Las morgues de los hospitales funcionan más bien como depósitos de cadáveres para evitar la congestión en Bello Monte, pero con las cavas dañadas no se hace mucho”, explica.
La sala de autopsia de la morgue del Hospital Dr. José Gregorio Hernández, en Catia, carece de servicio eléctrico y agua para hacer las necropsias | Foto: Erick González
En el hospital de Los Magallanes, los cadáveres que ingresan a la morgue por circunstancias violentas, permanecen hasta 24 horas hasta ser trasladados a la Morgue de Bello Monte. Por la falta de insumos, no se realizan autopsias los médicos legales.
“Muchos solo utilizan un deteriorado escarpelo, no todas las mesas de autopsia funcionan y la mayoría de las cavas están dañadas, lo que acelera la velocidad de descomposición de los cadáveres”, sostuvo.
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En la morgue del hospital Domingo Luciani, ubicada en El Llanito, Petare, la situación se asemeja a lo que ocurre al otro lado de la ciudad. “Desde hace un buen tiempo no se realizan ni autopsias ni biopsias en las instalaciones del hospital”, sostuvo uno de los médicos que allí labora y prefirió no indicar su nombre.
Desde principio de año 2018, varios médicos de la institución habían denunciado las condiciones del área forense: cavas en mal estado y falta de equipos e insumos son los principales obstáculos para hacer el trabajo adecuadamente. Lo más preocupante, según los denunciantes, es la acumulación de cadáveres en las cavas, los cuales pueden llegar a pasar semanas sin ser reclamados, como es el caso del hospital Los Magallanes.
El abandono de los laboratorios del área forense es uno de los muchos problemas dentro del hospital Los Magallanes de Catia | Foto: Erick González
Un médico forense de la Morgue de Bello Monte, quien pidió no ser identificado, explicó que para la práctica de autopsia se necesita un lugar acorde, higiénico y esterilizado para evitar contaminación y enfermedades, condiciones que actualmente no tienen.
“Cavas en buen estado, guantes, trajes, tapabocas e instrumentos para la necropsia son parte fundamental para realizar el trabajo. Actualmente, no todas las morgues tienen esos instrumentos. Aquí apenas tenemos lo fundamental, que son los guantes y mascarillas”, sostuvo.
Morgues exprés
A mediados de 2017, el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, habilitó tres morgues para descongestionar la morgue de Bello Monte. Los servicios forenses de los hospitales Periférico de Coche, Dr. Domingo Luciani y Pérez de León II, fueron incorporados al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Senamecf).
Las morgues “habilitadas” funcionan de forma exprés, como aseguró uno de los trabajadores del Periférico de Coche, quien también pidió resguardar su identidad. “Aquí la morgue funciona acorde, claro, nosotros solo atendemos pocos cadáveres, entre 5 y 6 diarios, la mayoría son casos de enfrentamientos policiales en la zona”, enfatizó.
Explicó que, los trámites para obtener el certificado de defunción y el acta de defunción, esenciales para el retiro y entierro de un cadáver, se deben hacer directamente en la sede principal el Senamecf, en la morgue de Bello Monte. “En Coche, solo realizamos la autopsia, se envía el informe médico legal a los forenses en Bello Monte para que continúen con el trámite, porque no contamos con todos los insumos. Eso solo con las muertes violentas. Cuando son muertes naturales, provenientes del hospital, todas las diligencias se hacen directamente por esta oficina”, sostuvo.
La morgue del Periférico de Coche está ubicada en el ala oeste del hospital. Una pancarta, en la que se lee “Senamecf de Coche”, es el único distintivo que indica que el servicio forense en encuentra en ese lugar. Una puerta de 1,80 m es la única entrada que usan los familiares de los fallecidos para acceder a la medicatura.
Frente a la entrada de la Morgue de Coche, está la sala de espera | Foto: Erick González
Un escritorio de madera está al frente de la entrada para atender a los familiares de los fallecidos y aquellos que buscan localizar algún desaparecido. “La sala de autopsia de acá es pequeña, por eso no recibimos tantos cadáveres como otras morgues de la ciudad”,indicó el informante.
Solo un médico forense, que trabaja por guardias, realiza las autopsias del día, en su mayoría muertes producidas a manos de funcionarios policiales.
Al otro lado de la ciudad, a pocos metros de la estación Petare del Metro, se encuentra el hospital Ana Francisca Pérez de León II, cuya sala de autopsia también fue habilitada para descongestionar la morgue de Bello Monte.
La entrada a la morgue del Pérez de León II está ubicada en la calle Tunita. Una reja blanca, custodiada por un funcionario le da acceso a los familiares que van a reconocer el cadáver de su fallecido. “Aquí no damos información de ningún tipo”, señaló uno de los funcionarios de la medicatura forense.
Sin embargo, otro trabajador de la morgue explicó que, a diario, se realizan de 5 a 6 autopsias, la misma cantidad de cadáveres que ingresan a la medicatura forense. Entre esos casos, estuvo el de Ronny Alexis Pérez, de 29 años de edad, quien falleció a unos metros de su casa, ubicada en Mariche, Petare, cuando lo intentaron robar, la noche del domingo 5 de noviembre.
Su cadáver estuvo cuatro días en las cavas del hospital Pérez de León II, según informó su hermana María Pérez. “Tuvimos que esperar para retirar el cadáver, mientras buscábamos los papeles y el dinero para el entierro”, enfatizó.
Sostuvo que en la medicatura le entregaron los papeles para retirar el cadáver, sin embargo, no la dejaron ingresar a la morgue para hacer el reconocimiento. “Simplemente me enseñaron una foto”, aseguró.
Entre los trámites que deben hacer los familiares para el retiro de un cadáver es el reconocimiento del cuerpo in situ, para evitar errores y malentendidos. “Lo que necesitamos es terminar de enterrarlo, no queremos seguir con estos papeleos”, concluyó.
La principal, la de Bello Monte
El Servicio Nacional de Medicina y Ciencia Forense (Senamecf) de Caracas, está ubicado en la avenida Neverí de Bello Monte. Durante años, era el único edificio usado para practicar autopsias médico forense en la ciudad capital. Las denuncias de brotes de tuberculosis, meningitis y hepatitis han resonado en los últimos días, debido a las condiciones insalubres, como describen algunos trabajadores.
Uno de los empleados, que pidió no ser identificado, explicó que muchos de los equipos protectores para realizar las autopsia son suministrados por los propios trabajadores: “La mayoría de las veces los mismo patólogos tiene que comprar muchos de sus equipos.
Según uno de los trabajadores de la morgue de Bello Monte, entre el 10 y el 12 de noviembre, Humberto Ramírez, director de esa institución, mandó a instalar un nuevo sistema de aire acondicionado para evitar la propagación de las enfermedades. Sin embargo, las condiciones de las salas de autopsia no son las más adecuadas.
Para los trabajadores de la principal morgue de Caracas, la desidia es parte de una rutina que aumenta el duelo de los que pierden sus seres queridos por la criminalidad y la violencia estatal desbordadas.