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10 periodistas deportados en 2019, un patrón de ataque a la prensa extranjera

Todos los ataques constituyen represalias del régimen de Nicolás Maduro por la documentación de hechos que demuestran la profundización de la emergencia humanitaria compleja en Venezuela

Reporte Proiuris

Edgar López

Además del estadounidense Cody Weddle, deportado este miércoles 6 de marzo, otros ocho comunicadores sociales extranjeros han sido expulsados del país por la intolerancia del gobierno de Nicolás Maduro ante el ejercicio libre del periodismo.

Weddle habría sido detenido arbitrariamente en su residencia en Caracas. Al parecer, no hubo la intervención de un juez para garantizar el debido proceso. Permaneció detenido durante aproximadamente 12 horas en la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) , en Boleíta y, después, sin posibilidades de defensa, fue deportado por decisión del gobierno. Su asistente, el venezolano Carlos Camacho, también fue ilegalmente detenido.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) llamó la atención sobre lo que habría sido el detonante de la ira gubernamental contra Weddle. El 20 de febrero, el periodista estadounidense publicó una nota sobre los militares y policías que han desconocido la autoridad de Maduro como presidente de la República, huido del país y manifestado su apoyo al presidente de la República encargado, Juan Guaidó.



— SNTP (@sntpvenezuela) March 7, 2019




La ola de deportaciones comenzó con los chilenos Rodrigo Pérez y Gonzalo Barahona, de la Televisora Nacional de Chile, quienes fueron detenidos el 29 de enero, junto a los periodistas venezolanos Ana Rodríguez y Maiker Yriarte. Estuvieron confinados durante toda la madrugada en un sitio aislado del Palacio de Miraflores y no se les permitió comunicarse con abogados o personas de su confianza. En este caso tampoco hubo una orden judicial que autorizara el procedimiento. Al día siguiente fueron obligados a abandonar el país.

El mismo 29 de enero también fueron detenidos en forma arbitraria los reporteros franceses a Pierre Caillett y Baptiste des Monstiers, de Quotidien, junto con el productor venezolano Rolando Rodríguez. Permanecieron recluidos e incomunicados 48 horas en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) del Helicoide y los dos franceses fueron deportados el 31 de enero.

Tres periodistas de la agencia EFE, el español Gonzalo Domínguez Loeda y los colombianos Maurén Barriga Vargas y Leonardo Muñoz, también fueron víctimas de una detención arbitraria, el 30 de enero. Estuvieron recluidos 15 horas en el Helicoide. Aunque se amenazó con deportarlos, finalmente el gobierno desistió de la idea y fueron liberados el 31 de enero.

El régimen de Maduro apela a formalidades, pero igual admite que lo que le molesta es el aumento de su desprestigio internacional, sobre la base de la documentación del ejercicio abusivo del poder que conduce a violaciones de derechos humanos.

El 31 de enero, a través de su cuenta en Twitter, el canciller Jorge Arreaza dijo que el objetivo de la prensa internacional es “armar un escándalo mediático”.




Tweet de Jorge Arreaza sobre la deportación de Weedle






Hay particularidades alarmantes como la detención arbitraria del periodista turco Emin Ozinr y el fotógrafo venezolano,  por civiles armados, en la parroquia 23 de Enero, el 31 de enero. Los presuntos integrantes de “colectivos” los entregaron al Sebin y las víctimas estuvieron detenidas dos horas en el Helicoide.

Estos grupos irregulares afectos al oficialismo también serían responsables de las agresiones y robos de equipos sufridos por reporteros extranjeros y venezolanos durante la cobertura informativa del fallido ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela desde Colombia.

Uno de los casos más difundidos  fue el del periodista Jorge Ramos y el equipo de Univisión que lo acompañaba en una entrevista a Maduro, el 25 de diciembre. Según ha explicado Ramos, Maduro interrumpió abruptamente el encuentro al minuto 17 de la conversación, justo cuando se le mostró un video a través del cual se registró el drama de los venezolanos que comen de la basura.
Los presuntos integrantes de “colectivos” los entregaron al Sebin y las víctimas estuvieron detenidas dos horas en el Helicoide.

Estos grupos irregulares afectos al oficialismo también serían responsables de las agresiones y robos de equipos sufridos por reporteros extranjeros y venezolanos durante la cobertura informativa del fallido ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela desde Colombia.

Uno de los casos más difundidos  fue el del periodista Jorge Ramos y el equipo de Univisión que lo acompañaba en una entrevista a Maduro, el 25 de diciembre. Según ha explicado Ramos, Maduro interrumpió abruptamente el encuentro al minuto 17 de la conversación, justo cuando se le mostró un video a través del cual se registró el drama de los venezolanos que comen de la basura.


Los despojaron de sus equipos y de la grabación de la entrevista. Estuvieron detenidos dos horas y al día siguiente Ramos, Martín Guzmán, Claudia Rondón, María Martínez, y Juan Carlos Guzmán fueron deportados.

Con cada deportación ejecutada por el gobierno de Maduro los ataques sistemáticos a la libertad de expresión y al derecho a la información  en Venezuela tienen mayor eco fuera del país. Según reportes del SNTP, un total de 39 periodistas han sido detenidos arbitrariamente desde el primero de enero de 2019.

La mayoría de los ataques constituyen represalias por los esfuerzos de los reporteros para mostrar la profundización de la emergencia humanitaria compleja en Venezuela y su impacto negativo en el ejercicio de los derechos humanos en el país.  

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