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Dos opciones para los vecinos de Baruta: tomar agua de una quebrada o aprender a potabilizarla

Expertos de la Universidad Simón Bolívar ofrecieron charlas a  los residentes de la parroquia Piedra Azul. Advirtieron dos cosas: el agua que fluye de los cerros no es segura y la sustancia potabilizadora es hiplocorito de sodio (0,8%), que no es el mismo cloro que se usa para lavar, que tiene una concentración mayor y que puede ser dañino para la salud
Reporte Prouiris
Erick S. González Caldea

En muchas de las viviendas del barrio Ojo de Agua, en Baruta,  no llega el agua regularmente. Llenar tobos en una quebrada que fluye desde un cerro del sector La Arenera es parte de la cotidianidad de los que allí viven. A simple vista, el agua que sale de un tubo plástico blanco parece limpia; al menos no está turbia. Sin embargo, nadie ha garantizado que sea apta para consumo humano.

Con el apagón del 7 de marzo, se fue la luz pero también el agua de los grifos, por lo cual la gente de Ojo de Agua tuvo que volver a cargar tobos fuera de su casa.

Para contribuir al conocimiento de la comunidad sobre los procesos de potabilización del agua para consumo doméstico, el Laboratorio de Ciencias Medioambientales de la Universidad Simón Bolívar, realizó un operativo de emergencia, que incluía advertencias sobre los riesgos de consumir agua que proviene de ductos no convencionales.

Para el profesor Fernando Morales, jefe del Departamento de Química Ambiental de la Universidad Simón Bolívar, consumir agua de quebradas que desembocan en lugares urbanos no es seguro, porque puede estar contaminada.

 “Este proceso de potabilización del agua, que se hace a través del hipoclorito de sodio, está basado en los protocolos internacionales de la Organización Mundial de la Salud para atender a los ciudadanos con poco acceso al agua potable. No es aconsejable que se tome el agua que provenga de quebradas que desemboquen en zonas urbanas, pues lo más seguro es que ese líquido no haya sido potabilizado, como es el caso de las personas que recientemente se vieron recogiendo agua de las tuberías que caen al río Guaire”, señaló Morales.

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Explicó que el agua  que se recoge en las faldas del Ávila o en lugares recónditos de la montaña alejados de las urbanizaciones pueden estar limpias, pero no son potables. La potabilización es un proceso artificial, no natural, enfatizó el experto.

“No hemos hechos un estudio exhaustivo del agua de la zona. Lo que sí te puedo asegurar es que el agua cuando cae en zonas urbanas y residenciales puede estar contaminada”, reiteró. 

A pesar de las opiniones de los expertos, Aracelis Borra recoge agua diariamente en la quebrada del barrio Ojo de Agua. “En la casa tenemos medida el agua. Ya para mi es costumbre venir a llenar mis baldes”, señaló.

Los residentes de Ojo de Agua sortean la emergencia del agua abasteciéndose desde una quebrada de la zona | Foto: Erick S. González 

Con la interrupción del servicio eléctrico en todo el país, a partir del pasado jueves 7 de marzo, el agua desapareció de los grifos de las casas. En la quebrada  del sector La Arenera hubo que hacer hasta cinco horas de cola para abastecer los hogares. “Esto se llenó de gente. Todos estábamos desesperados. Había vecinos que bajaron desde la parte más alta del barrio para agarrar agua. Hoy la cola está más relajada”, dijo Borra, a media mañana de este jueves 14 de marzo.

Hasta esa hora, las comunidades de la parroquia Piedra Azul sumaban una semana sin el servicio de agua potable. Algunos de los habitantes de las zonas residenciales tendrían que comprar agua embotellada, a un costo  que oscila entre 6.000 y 8.000 bolívares.

“Ha sido muy rudo comprar agua, buscarla y rendirla. Además de haber estado sin luz por cuatro días”, aseguró José Hernández, habitante de la zona, mientras hacia la cola para adquirir el hipoclorito de sodio, que los voluntarios de la Universidad Simón Bolívar distribuían en la sede de la Policía Municipal de Baruta, en Piedra Azul.

“El proceso consiste en una provocar una reacción electroquímica, Se usa una máquina para sustraer las moléculas de cloro, con el fin de crear la solución de salmuera”, así lo explicó el profesor Gustavo Rodríguez, de la USB.

Aproximadamente 300 habitantes de Piedra Azul hicieron la cola y escucharon la charla sobre como potabilizar el agua. “Esta solución puede ayudar a abastecer a cada familia de 50 litros de agua apta para consumo humano. Así las personas pueden sortear la emergencia que se está viviendo a raíz del corte de luz”, señaló Rodríguez.

Una de las primeras cosas que los expertos explicaron es que el hipoclorito de sodio no es el mismo que cloro que se usa para lavar ropa. El hipoclorito de sodio para potabilizar el agua tiene 0,8%, mientras que el cloro para lavar ropa tiene una concentración mayor y puede ser dañino para la salud.

Se debe usar una tapa (de botella) por cada litro de agua, con el fin de potabilizarla. “Usar más de esa cantidad en un litro podría causar reacciones adversas en el organismo humano”, advirtió Morales.

El hipoclorito de sodio no alcanzó para todos los vecinos interesados en la calidad del agua que consumen. Pero todos los que fueron a la sede de la Policía Municipal de Baruta sí tuvieron oportunidad de escuchar a los expertos, lo cual habría aumentado el interés. Muchos regresarían al día siguiente, pues el operativo se mantendrá por varios días “hasta que se agote la existencia”.

 

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