Antes de partir del país, la Alta Comisionada aclaró que no es una oficina propiamente dicha, como Unicef, Onusida o Unpfa, pero que facilitará la documentación directa de las violaciones de derechos humanos en el país
Reporte Proiuris
Edgar López
Las expectativas sobre la visita de la Alta Comisionada de las Naciones para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, eran muchas, porque son muchas y muy graves las violaciones de derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, que el gobierno haya permitido el ingreso al país de la más alta autoridad internacional en materia de derechos humanos es “crucial”, como lo dijo Bachelet, en procura del cumplimiento de las obligaciones internacionales suscritas por el Estado venezolano.
En la conferencia de prensa ofrecida minutos antes de partir de Venezuela, Bachelet mencionó los “acuerdos” logrados con el gobierno y los desafíos pendientes. Su única alocución pública duró aproximadamente 20 minutos, que no le alcanzarían para referirse a toda la información que recabó durante las 48 horas que estuvo en el país. Explicó que en el informe escrito que presentará el próximo 5 de julio ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas se incluirán mayores detalles y conclusiones más definitivas.
Un equipo “pequeño” con una tarea muy grande
“Hemos alcanzado un acuerdo con el Gobierno para que un pequeño equipo de dos oficiales de derechos humanos permanezca aquí, con el mandato de proveer asistencia y asesoría técnica y, muy importante, continuar monitoreando la situación de derechos humanos en Venezuela”, indicó Bachelet.
Ese equipo estará encabezado por Carlos De la Torre, quien dirigió la comisión de expertos que estuvo en Venezuela en marzo pasado, para documentar directamente violaciones de derechos humanos que le permitirían a Bachelet contar con información de primera mano antes de visitar al país. De la Torre también participó en la elaboración de los informes sobre Venezuela durante la gestión del anterior Alto Comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein.
La otra oficial del Acnudh que permanecerá en Venezuela es Sara Nuero, quien es una especialista en derechos de los pueblos y comunidades indígenas, y también estuvo en el país en marzo pasado.
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Bachelet precisó los alcances y límites de la presencia de oficiales del Acnudh en Venezuela: “No es una oficina todavía, vamos a trabajar para poder constituir una oficina con mayor peso, como Unicef, Onusida o Unpfa. Lo más importante es que va a haber presencia de la oficina (del Acnudh) en Venezuela. La diferencia es que antes hacíamos el trabajo desde fuera, desde Panamá, desde Ginebra. Pero ahora vamos a tener gente aquí (en Venezuela) que va a poder mirar cómo evoluciona la situación de los derechos humanos y tener una interlocución con las partes para mirar si hay situaciones que hay que mejorar, corregir o denunciar.
Explicó por qué se reunió y se debe reunir con los representantes del gobierno y del Estado venezolano: “Nosotros tenemos como tarea de ser la voz de los que no tienen voz, pero también tenemos la tarea de relacionarnos con las autoridades del Estado, porque es al Estado al que le corresponde asegurar el respeto, la promoción y la protección de los derechos humanos. También (podremos interactuar) con la sociedad civil, con los defensores de derechos humanos”.
La Alta Comisionada explicó que aún no tiene previsto volver a Venezuela, pero estará monitoreando toda la situación en materia de derechos humanos del país| Foto: Alan Márquez
Prevención de la tortura y acceso a la justicia
“Tenemos el compromiso expreso del Gobierno para llevar a cabo una evaluación de la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura y para determinar los principales obstáculos en el acceso a la justicia en el país”, informó Bachelet. Explicó que existe la posibilidad de que otros expertos de la ONU se trasladen a Venezuela para brindar cooperación técnica sobre estas materias.
El acercamiento a las víctimas
“A mí me duele la situación en Venezuela. Me duele porque veo lo que le pasa a la gente”, expresó Bachelet durante la rueda de prensa.
“Escuché el testimonio de un hombre que me explicó cómo su hermano fue torturado, humillado y asesinado por oficiales encapuchados de las FAES que allanaron su casa, así como muchas otras familias destrozadas porque sus seres queridos tuvieron el mismo destino. Un padre me mostró orgulloso el trofeo y las medallas que su hijo había ganado jugando al baloncesto antes de ser asesinado mientras participaba en una protesta en 2017. Una madre me relató el asesinato de su hijo de 14 años durante las manifestaciones del 30 de abril de este año. Escuché los testimonios de algunas personas que fueron privadas de libertad y sufrieron terribles torturas…”.
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Al advertir que “no se trata de política, sino del sufrimiento de la gente”, Bachelet se refirió a las violaciones de derechos humanos que habrían sufrido partidarios del gobierno: “Conocí el testimonio de una madre de un joven que fue quemado vivo durante las protestas de 2017 y que pasó 15 días agonizando en el hospital antes de fallecer. Una joven me narró cómo su padre fue asesinado por defender el derecho a la tierra de los campesinos. Sus historias son desgarradoras y muestran la desconfianza que tienen en las autoridades estatales. Todos demandan justicia. Un sacerdote de la Iglesia para los Pobres nos compartió apasionadamente acerca de cómo los pobres y los grupos más vulnerables son los que más están sufriendo”.
Testimonios de la emergencia humanitaria compleja
“Todos me han transmitido como la situación humanitaria en Venezuela se ha deteriorado de forma extraordinaria, incluyendo el derecho a la alimentación, el agua, la salud, la educación y otros derechos económicos y sociales. El Gobierno ha lanzado proyectos en un esfuerzo de asegurar acceso universal a programas sociales, para lo que ha dedicado el 75 por ciento del presupuesto nacional. Sin embargo, hemos oído el testimonio de venezolanos, que a pesar de tener un empleo – muchos en el sector público – enfrentan dificultades para adquirir medicinas o comida”, dijo la Alta Comisionada.
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Y prosiguió enumerando otros aspectos de la emergencia humanitaria compleja en el país: “La situación sanitaria sigue siendo extremadamente crítica a causa de múltiples factores, la escasez de medicinas y equipamientos, el éxodo de los profesionales de salud, el deterioro de la calidad del agua y del saneamiento, y los apagones eléctricos. El costo y la falta de anticonceptivos en las farmacias ha contribuido a un aumento de los embarazos adolescentes, y de la mortalidad materno-infantil. Los trabajadores de la salud me han descrito como equipamientos médicos, como las máquinas de rayos X, escasean o no están en funcionamiento; y las personas que viven con enfermedades crónicas me han alertado sobre la falta de medicamentos esenciales para su supervivencia. He hecho un llamado al Gobierno para que proporcione los datos relacionados con la situación sanitaria y otros derechos socio-económicos que permita evaluar la situación y apoyar de forma adecuada”.
Recordó que las agencias de las Naciones Unidas están trabajando con el gobierno y con representantes de la sociedad civil en la ayuda y asistencia humanitaria.
Presos políticos
Michelle Bachelet no usó el término presos políticos. Sin embargo, se refirió a alguno de ellos: “Celebro la liberación del parlamentario opositor Gilber Caro, que se encontraba en custodia del servicio de inteligencia SEBIN. Asimismo, recibo con beneplácito de la liberación de Melvin Farías y Junio Rojas, aunque hago un llamado a las autoridades a liberar a todas las personas que están detenidas o privadas de libertad por ejercer sus derechos civiles y políticos de forma pacífica”.
Con motivo de la visita de Bachelet, la ONG Foro Penal precisó que el país existe 715 presos políticos, de los cuales solo tres han salido de la cárcel por la presencia de la Alta Comisionada en Venezuela.
